Sáb. Nov 23rd, 2024

Es una sustancia incolora e insípida, se administra vía oral o cutánea, se puede impregnar en una servilleta, un abrazo, beso, oliendo un pañuelo, un soplido, un billete, dulces, chocolates, refrescos, café o licor y cigarros

La delincuencia común encontró un oasis en los bares y centros nocturnos del país para cometer diversos delitos con la utilización de una sustancia psicoactiva, conocida cómo escopolamina o burundanga que inhibe el sistema nervioso; es decir, las víctimas pierden todo poder de decisión y quedan a merced de los delincuentes.

Esta droga es una sustancia incolora e insípida que se administra vía oral o cutánea que se puede impregnar en un periódico, una servilleta, con un abrazo, un beso, oliendo un pañuelo, un soplido o manejando un billete, dulces, chocolates, refrescos, café o licor y cigarro.

De acuerdo con diversos testimonios recopilados de algunas cuentas de redes sociales, el modo de operar de esta red de delincuentes que incluyen bármanes, meseros, hostess y taxistas, es utilizar esta droga proveniente de Sudamérica de manera natural o sintética para cometer sus delitos, con el auspicio de la propia víctima.

Delitos que van desde el robo de pertenencias, claves de cuentas bancarias para realizar las transgénicas de recurso que van de los 50 a 200 mil pesos; robo a casa habitación, secuestro exprés con la finalidad de sacar dinero de los cajeros, hasta la suplantación de identidad con la finalidad de comprar en línea diversos productos o aparatos electrónicos.

En el caso de las mujeres, es muy común la violación por uno o más delincuentes, quienes graban los encuentros “consensuados” para la venta de los videos, como material pornográfico casero.

Para Juan Carlos Morales, víctima de robo con escopolamina, sus fines de semana de fiesta con sus amigos, se volvió un ataque de ansiedad que lo llevó a ser hospitalizado, tras haber sido víctima de la red del grupo denominado “Floripondios” que trabaja en diversos bares y antros de la Zona Rosa, Condesa, Juárez y algunos ilegales del Centro Histórico que utilizan el polvo de la planta denominada Datura arbórea o Brugmansia, conocida como “borrachera”, “cacao sabanero” “borrachero”, originaria de Colombia para drogar a sus víctimas.

“Cuándo tome esto, sinceramente no estaba en mis cinco sentidos, no sabía quién, ni siquiera sabía quién era la persona que estaba delante de mí, quién era la mujer que estaba delante de mí, porque también me encuentro otro amigo y me dice que no lo reconozco en absoluto, entonces supongo que yo estaba bajo la droga, porque en verdad, si no recuerdo nada”.

A decir del subdirector de actividades institucionales del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) de la Ciudad de México, doctor José Antonio Alcocer, esta droga, ya sea natural o sintética, tiene un efecto inmediato y su permanencia dentro del cuerpo no dura más de cinco horas, además de que no se detecta a través de exámenes antidoping.

“Lo que hace es que disminuye, inhibe nuestro sistema nervioso, en el cual perdemos la voluntad de nuestros actos de nuestros pensamientos, entonces eso es lo riesgoso de esta planta que últimamente se ha vuelto una sustancia psicoactiva o droga de moda”.

Desde hace 10 años en algunos centros nocturnos y bares de la Ciudad de México, Jalisco, Quintana Roo, Yucatán, Colima, Baja California, Baja California Sur, Oaxaca y otros destinos turísticos, opera una célula delincuencial que incluye bármanes, incluyen meseros, hostess y taxistas que se dedican a robar las cuentas bancarias de sus víctimas, claves de acceso de cuentas bancarias, correos electrónicos y los accesos a sus perfiles de seguridad social para hacer una suplantación de identidad para solicitar préstamos o compra de productos en línea.

Uno de los casos que hizo boom en las redes sociales, fue el de Víctor Tacher, quien a través de la aplicación Instagram, denunció que fue víctima de robo de más de 80 mil pesos con esta droga, además de que fue secuestrado por unas horas.

“No soy un experto en drogas de esto, nada más, es de lo que he llegado a investigar qué te hace ser un humano totalmente funcional, pero sin voluntad propia, lo que te dicen lo hagas, lo haces y no hubo otra manera porque se robaron todas mis contraseñas que se las tuve que, me las tuvieron que haber sacado de mí mismo, no había otra manera”.

La forma de administrar esta droga, es variada. Va desde la forma natural que es en polvo que se da a oler a través de un cigarrillo, un beso o ingerida con alcohol para potencializar su efecto. También se administra vía cutánea por medio de pulseras o sellos que se ponen en los antros.

“Mezclado con bebidas alcohólicas, se mezcla con chocolates, se mezcla con pastillas de menta, se mezcla con una serie de cosas para que, al momento de ingerirlas con la humedad, con la saliva pase con los timbres, que se humedecen se pone el timbre y ya viene una absorción de la sustancia de la escopolamina”, aseguró en entrevista para Excélsior el doctor José Antonio Alcocer.

Agregó que las secuelas que deja la escopolamina, son el deterioro de la memoria y las habilidades conceptuales tanto a corto como a largo plazo; además de que sus síntomas son taquicardias, dilatación de pupilas, somnolencia, la garganta y nariz reseca, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles.

El efecto de esta droga alcanza su máximo de efecto en dos horas y va cediendo paulatinamente a las 2.5 horas hasta desaparecer del cuerpo, debido a que se metaboliza en el hígado por hidrólisis enzimática, en ácido trópico y escopina, solo el 10 por ciento se excreta por el riñón sin metabolizarse, lo que hace imposible que sea detectado en un examen antidoping.

A pesar de que las autoridades tienen conocimiento de diversos delitos bajo los efectos de esta droga desde hace 10 años, solo se tiene una denuncia en la ciudad de México por robo que no procederá, porque la víctima fue la que hizo la transferencia bancaria.

Fuente: Excélsior