Sáb. Nov 23rd, 2024

Durante la pandemia, muchas personas compraron un nuevo ordenador para estar mejor equipados para el trabajo remoto y la educación en casa. Según cifras de la asociación alemana del sector electrónico gfu, en 2020 las ventas de ordenadores portátiles aumentaron en Alemania casi una cuarta parte respecto al año anterior.

Sin embargo, con un buen mantenimiento y actualizaciones regulares, los dispositivos más antiguos pueden seguir utilizándose. Christian Hirsch, de la revista especializada alemana “c’t”, explica que los portátiles tienen una vida útil de tres a cinco años: “En el caso de usuarios que utilizan el dispositivo principalmente para aplicaciones menos exigentes, como la navegación, el streaming y las aplicaciones de oficina, el uso se puede prolongar hasta siete años”.

La pieza de desgaste número uno de un portátil es la batería, que se debilita con cada ciclo de carga completo. Para un uso adecuado de este componente, Hirsch aconseja: “Hay que vaciar la batería cada dos o tres semanas y volver a cargarla completamente para que el sistema electrónico de carga pueda determinar la capacidad real”.

Algunas unidades tienen un software de gestión de la batería que permite ajustar el sistema electrónico de carga de manera que la batería no se cargue por completo cuando está conectada a la red. Esto mantiene la batería en buen estado durante más tiempo. Sin embargo, y a pesar de todas las precauciones, al cabo de unos años, la batería suele desgastarse con bastante rapidez y debe ser finalmente sustituida.

Por otra parte, las baterías de repuesto originales a veces no están disponibles o son demasiado caras, incluso en comparación con el precio de un dispositivo nuevo. Una alternativa para ahorrar dinero son las baterías más económicas de otros fabricantes. El problema es que, en muchos portátiles, la batería original no puede extraerse sin más: una concesión de los fabricantes a favor de un diseño más esbelto.

“Así y todo, con un poco de pericia y con ayuda de tutoriales en línea que explican cómo hacerlo, estas baterías también se pueden sustituir”, señala Wolfgang Pauler, de la revista especializada alemana “Chip”, y explica que hay que animarse y abrir el dispositivo. Sin embargo, advierte, esto solo merece la pena si, por lo demás, se está satisfecho con el aparato, ya que muchos portátiles antiguos también van perdiendo velocidad con el tiempo.

“Este es un final muy típico para los ordenadores portátiles. Las aplicaciones son cada vez más exigentes; los vídeos, por ejemplo, tienen una resolución cada vez mayor. El ordenador, por el contrario, siempre es el mismo. Con el paso de los años, apenas está en condiciones de procesar los programas modernos y, por lo tanto, se vuelve cada vez más lento”, explica Hirsch.

La memoria RAM suele ser la causa de esta pérdida de eficiencia. En el administrador de tareas de los dispositivos Windows, que se puede abrir con la combinación de teclas “Ctrl+Alt+Supr”, se puede verificar si la memoria ya está llegando a sus límites.

Si esta ya está al casi el 100 por ciento de su rendimiento, habrá que externalizar algunos de los procesos al disco duro interno, que es mucho más lento. “En este caso, definitivamente vale la pena ampliar la memoria del aparato”, aconseja Pauler.

Para ello se pueden utilizar las barras de memoria RAM. “En algunos dispositivos hay una ranura en la que se puede introducir simplemente otra barra”, explica Pauler. En otros casos hay que sustituir la antigua por una nueva, si es que la primera no está firmemente soldada.

Si el disco duro ya es muy antiguo o está lleno, ampliar el espacio de almacenamiento o incorporar una tecnología más nueva pueden aportar velocidad. Si el dispositivo equipa un disco duro magnético, este debería ser sustituido por un disco SSD. Los chips de memoria SSD son mucho más rápidos que los discos magnéticos.

Y si una unidad SSD instalada es demasiado pequeña, se puede cambiar por otra más grande, ya que a menudo los portátiles cuentan con una ranura libre (M.2) para un SSD adicional. “O simplemente se puede conectar un disco duro externo o un SSD a través del puerto USB. En él se pueden almacenar datos y es una alternativa fácil para aumentar el espacio de almacenamiento”, aconseja Pauler.

En el Administrador de tareas de Windows se puede comprobar el estado del procesador y de la tarjeta gráfica. Estos componentes, también conocidos por las abreviaturas CPU y GPU, no se pueden intercambiar. “No todos los problemas de velocidad tienen solución”, resume Hirsch. “E invertir dinero en la batería o en la RAM solo merece la pena si el procesador sigue ofreciendo un rendimiento satisfactorio”.

Wolfgang Pauler también aconseja sopesar si existe la necesidad de comprar un dispositivo nuevo o no, lo que dependerá de si solo hay un problema que se puede arreglar a un precio razonable o si se está insatisfecho con el rendimiento en general. El experto afirma: “Siempre merece la pena prolongar la vida útil, también desde el punto de vista de la sostenibilidad”.

Los propietarios de portátiles pueden cuidar más su dispositivo con algunas sencillas medidas. “El ventilador necesita enfriarse, por lo que tiene sentido limpiar las ranuras de ventilación con una aspiradora a baja potencia de vez en cuando. De lo contrario, el procesador se calentará y regulará el rendimiento a la baja”, advierte Wolfgang Pauler.

Y todos los portátiles deberían reiniciarse completamente de vez en cuando. “Esto cierra las aplicaciones que siguen abiertas en segundo plano o los programas ‘zombie’ que no se cerraron correctamente”, puntualiza Pauler. Tras el reinicio, los dispositivos suelen volver a funcionar más rápido.

Fuente: Infobae