Un total de 140 territorios votaron a favor en la Asamblea Gral. de las naciones unidas una resolución que demanda a Rusia “un cese inmediato de hostilidades contra Ucrania, y en especial cualquier ataque contra civiles y fines civiles “.

La resolución ha sido iniciativa por las misiones en las naciones unidas de Francia y México, en donde solo 5 territorios votaron en contra, en lo que 38 se abstuvieron.

Este resultado muestra que el rechazo de la sociedad mundial contra la invasión de Rusia de la región ucraniano es casi semejante al demostrado el pasado 2 de marzo, una vez que se aprobó la resolución que “deploraba” la acometida rusa y pedía su cese inmediato.

Una resolución que Sudáfrica fomentaba en paralelo y que no decía el papel de Rusia en la guerra, con el argumento de que había que “despolitizar” las preguntas humanitarias, debía a votarse posteriormente, sin embargo los delegados (por una mayor parte de 67 votos contra 50) rechazaron llevarla a importancia del plenario.

Sudáfrica defendió hasta el último instante su resolución -que había recibido la ayuda de Rusia e iba a estar copatrocinada por China- aludiendo a que era deseable un más grande acuerdo mundial y que las consideraciones políticas inherentes a la guerra debían tratarse en otros foros para centrarse en la custodia de los civiles.

En las intervenciones que se suceden a partir de ayer, los denominados “países occidentales” (Estados Ligados, la Alianza Europea y sus aliados) denunciaron que una resolución que no nombrase al atacante era inaceptable.

De esta forma, el encargado canadienses mencionó que votar una resolución humanitaria sobre Ucrania era como “hablar de Moby Dick sin nombrar el término `ballena´”, en lo que el de Austria comentó que inclusive para territorios convencionalmente neutrales como el suyo “neutralidad no significa neutralidad de valores ni equidistancia entre el atacante y la víctima”.

La sesión actual en la asamblea es la segunda derrota diplomática que sufre Rusia, que ayer vio otra “resolución humanitaria” presentada por sus diplomáticos en el Consejo de Estabilidad rechazada al haber sido apoyada sólo por China, en lo que los demás trece miembros del Consejo se abstuvieron.