Sáb. Nov 23rd, 2024

La contraposición de Turquía a la unión de Suecia y Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte debe poder solucionarse con una mezcla de concesiones y presiones al regimen turco, según analistas, sin embargo la conjetura de un bloqueo completo no puede descartarse.

¿Turquía puede bloquear la ingreso de Suecia y Finlandia?

La unanimidad es fundamental para empezar las discusiones de integración a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y cada territorio integrante debería además ratificar el consenso a grado parlamentario, dando de facto derecho de veto a todos sus 30 miembros recientes.

Integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a partir de los primeros años de la organización (1952), Turquía puede entonces teóricamente bloquear la ingreso de los dos territorios nórdicos. Tras haber aseverado el martes que no «cederá», su mandatario Recep Tayyip Erdogan solicitó el miércoles a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte «oír» sus «preocupaciones».

Reunidos en Bruselas el miércoles por la mañana con fundamento de la entrega oficial de las candidaturas sueca y finlandesa, los embajadores de las naciones de la unión no lograron un pacto sobre el lanzamiento inmediato de las discusiones de incorporación, gracias a la contraposición turca.

Varios asuntos han contrario a Turquía y Occidente en los últimos años, y Turquía no continuamente ha ganado, indican analistas. Para Paul Levin, director del Instituto de estudios turcos en la universidad de Estocolmo, es posible que se pueda un pacto.

«En este tema tan estratégico, apuesto a que Suecia va a hacer concesiones y otros territorios la Organización del Tratado del Atlántico Norte contribuirán apretando a Turquía y otorgándole ciertos anhelos», muestra.

Sin embargo un bloqueo completo «no podría ser descartado, en especial pues el tema del PKK es bastante sensible para bastantes turcos», según él.

¿Cuál es el problema para Turquía?

Con Suecia en la mira, los críticos turcos se concentran en la reacción de los dos territorios sobre el tema de los conjuntos kurdos. Primordialmente sobre el Partido de los trabajadores de Kurdistán (PKK), y además movimientos armados kurdos en Siria combatidos por Turquía.

Calificado de «organización terrorista» por Turquía, el PKK además es considerado de esta forma por USA y la Alianza Europea, Suecia y Finlandia incluidas. Sin embargo las leyes antiterroristas suecas no son tan amplias como en Turquía, resalta Paul Levin, director del Instituto de estudios turcos en la universidad de Estocolmo.

«Ejemplificando, no está prohibido ser integrante o agitar una bandera de una organización terrorista», remarca, lo cual hace viable la organización recurrente de protestas pro-PKK en las calles de Estocolmo. Turquía reprocha a los dos territorios rechazar sus demandas de extradición de miembros de «empresas terroristas».

La molestia turca con el PKK se amplió en los últimos años a los signos de apoyo suecos a los equipos armados kurdos en Siria, como las fuerzas armadas anti-Estado islámico de las Unidades de custodia del poblado (YPG). Con otros territorios de Europa, los dos prohibieron las exportaciones de armas hacia Turquía en octubre de 2019, en represalia a una ofensiva turca en el norte de Siria.

Turquía, que reprocha a Estocolmo haber impulsado aquellas medidas, no desea que entren a la Organización del Tratado del Atlántico Norte territorios que ejercieron «sanciones» contra Turquía, según Erdogan.

¿Qué desea Turquía?

Además de la solución de las querellas con Suecia sobre los kurdos, el mandatario turco Erdogan puede obtener concesiones en temas de armamento de Estados Unidos, intentar de mejorar una fama interior e incluso mandar una señal conveniente a Rusia, con la que tiene interrelaciones complicadas, según los analistas.

«Erdogan es un presidente acostumbrado a las transacciones en las interacciones de su territorio con Occidente, y creo que trata de hacer carambola, no solo procurando de forzar a Suecia a modificar sobre el PKK», dice Soner Cagaptay, director de indagaciones sobre Turquía en el Washington Institute.

El asunto de la exportación de aviones de enfrentamiento de Estados Unidos hacia Turquía es citado regularmente como pista de solución. La compra de misiles rusos tierra-aire S-400 por Turquía en 2019 llevó a que fuera excluida del programa del F-35 de Estados Unidos.

Un desbloqueo de esa forma es poco posible, sin embargo se realizan negociaciones en las últimas semanas sobre un pacto de exportación y modernización de un avión de anterior generación, el F-16. El Parlamento de Estados Unidos debería autorizar la transacción, y la administración puede ser vista como chantaje de Turquía, lo cual no agradaría a los legisladores, según analistas.