Integrantes de la CNTE vandalizaron dos oficinas del quinto piso de Coordinación Sectorial de Educación Preescolar de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ubicadas en Isabel La Católica.
Cientos de documentos quedaron tirados, ya inservibles. También se reportó la destrucción de unas impresoras.
«Se pusieron locos, entraron como caballos desbocados y causaron mucho miedo a las compañeras, todo está destrozado, además retuvieron a muchos compañeros en los pasillos, fue muy desagradable», narró una trabajadora.
Los empleados salieron despavoridos por las escaleras desde que los maestros comenzaron a tomar el inmueble federal. Aventaron sus loncheras, algunos alcanzaron a apagar sus monitores y algunos más a guardar documentación importante, relataron.
«Aquí estuvo la CNTE», anotaron los maestros en los pizarrones de las salas de juntas ejecutivas.
La CNTE se deslindó de esas acciones y acusó a los «charros» por estos desmanes. Los dirigentes tomaron el tercer piso en busca de respuestas por parte de las autoridades federales.
El resto de disidentes ocupó los demás pisos como parte de la protesta. Ahí sacaron tortas, cacahuates, frituras, botanas y hasta fruta.
A las 11:19 se reportó el ingreso de decenas de maestros disidentes de la CNTE al inmueble federal.
Previo a la irrupción, Pedro Hernández, líder de la Sección 9, reclamó que, durante la huelga de mayo y junio, más de 5 mil 400 maestros reportaron descuentos, que ascendieron a unos 10 millones de pesos, al parecer como «castigo» por las movilizaciones.
Los profesores ingresaron en bola al inmueble. Un elemento de resguardo fue sometido por profesoras.
La toma de este edificio de seis pisos continúa. La CNTE espera una respuesta de las autoridades federales a sus demandas.
Los funcionarios son prometieron en breve una reunión, pero vía Zoom, según los inconformes. «Los tenemos, rodeados, regresen lo que se robaron», bromean los maestros que están fuera.