Jue. Sep 19th, 2024

Frente a la escasez de agua que se habita en la Ciudad de México en cierta medida por la sequía que confronta a partir de 2019, hace falta tomar novedosas medidas, como incrementar la proporción de agua tratada o la colocación de doble drenaje que reduzca el desperdicio de este líquido, consideró Jorge Fuentes Martínez, director de proyectos del Consejo Consultivo del Agua.

“La Ciudad de México es de las urbes donde menos tratamos el líquido y aquello es bastante grave, ya que a dicha agua que ensuciamos y desechamos por los ríos hasta el océano, le podríamos estar dando un segundo o tercer uso. El futuro de las aguas en el territorio está en la reutilización del agua, en la actualidad tratamos a grado nacional el 35 por ciento, en lo que la Ciudad de México anda en una cifra un poco más bajo, como por el 30 por ciento”, mencionó.

Aunque advirtió que realizan falta más políticas públicas respecto al asunto, el especialista destacó que el cuidado es un tema de corresponsabilidad, por lo que además le compete a los habitantes. “No hemos logrado convencernos de el valor que tiene hacer un mejor uso del agua. Cada una de las ocupaciones que logren hacer los capitalinos para evadir el desperdicio son de utilidad, “remarcó.

En entrevista, el especialista resaltó que hay colonias de la Metrópoli más importante donde todavía el consumo de agua es “altísimo”, lo cual involucra un mal uso y muchísimo más desperdicio, en lo que otras, ejemplificando en regiones de Iztapalapa o la Gustavo A. Madero, no constantemente llega el agua.

“Para darnos una iniciativa, el consumo promedio de la Ciudad de México es de 250 litros por ciudadano, por día, aproximadamente, empero poseemos regiones en donde llega a haber consumos de hasta 450 litros por persona, es más del doble de la media, y se llega a desperdiciar”.

Aunque la Ciudad de México está “muy lejos” de padecer escasez de agua de forma grave, como se vio en otras piezas de la nación, ejemplificando en Nuevo León, Fuentes Martínez advirtió que ya hay alerta en la Urbe más importante gracias a la carencia de lluvias que no permitió el llenado de presas, por lo cual se necesita una reorientación de las políticas públicas en la materia.

“Se prenden focos de alerta, no mencionaría que estamos ni siquiera alrededor de una situación como la de Monterrey, sin embargo no tenemos la posibilidad de no atender estas emergencias. Comúnmente las etapas de sequía son de 3 a 4 años, entonces nos quedaría un año más para saber qué secuelas vamos a tener”, señaló.

El especialista indicó que el efecto de la carencia de lluvias y las sequías, aunque sí se resiente de forma instantánea, trae sus primordiales secuelas hasta el año subsiguiente.

“La sequía del año pasado tuvo una magnitud comparable a la peor que ha tenido el territorio, que ha sido en 2013, entonces las secuelas las vivimos ahorita pues las presas no se alcanzaron a colmar. Además, hay información del propio Sistema de Aguas de la Metrópoli de que las lluvias han disminuido en los últimos 8 años”, describió.

Fuentes Martínez señaló que es “muy importante” que la Ciudad de México refuerce la política de conservación de uso de suelo, de allí que los acuerdos en temas de agua que se han hecho entre la Localidad más importante, el Estado de México y Michoacán resultan importantes “para la conservación de los sitios de donde nace el agua que estamos consumiendo”.