La flora intestinal (también llamada microbiota) es un grupo de microorganismos que viven en nuestro intestino y poseen un papel fundamental en la salud humana. Hacen funcionalidades fundamentales, como defendernos de bacterias o virus, afirmar el manejo de nuestro sistema digestivo y cooperar en la idónea producción y absorción de minerales.
Perturbar el microbiota mediante una ingesta de alimentos inadecuada, malos hábitos de vida, infecciones digestivas o ciertos medicamentos, puede traernos efectos negativos como infecciones, alergias, dermatitis atópicas, estreñimiento, diarreas, malas digestiones, gases y/o distensión abdominal.
Por consiguiente, se necesita buscar socios para conservar el adecuado desempeño de este grupo de microorganismos. El ejercicio es uno de ellos, según con diversos estudios que se han realizado en los últimos años.
La Dra. Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, académica e investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, expresó que las ventajas del ejercicio para nuestro microbiota son diversos, debido a que “con el desplazamiento físico (caminar, trotar, nadar), se estimula nuestro tubo digestivo y se generan movimientos peristálticos que ayudan a una idónea renovación y, por consiguiente, un conveniente desplazamiento del microbiota”.
“Con el ejercicio, el oxígeno que llega al intestino se modifica, lo cual beneficia que tengamos un mejor microbiota. Además beneficia la mezcla de ciertos ácidos biliares (son parte del líquido espeso denominado bilis), que ayudan al organismo a digerir las grasas. Se ha comprobado además que, si una persona con sobrepeso comienza a hacer ejercicio, su flora intestinal va a mejorar únicamente por el hecho de hacer actividad física”, agregó.
Pese a que hacer actividad física es positivo para nuestra flora intestinal, la experta universitaria recomendó a los individuos que no hacen ejercicio que no empiecen a realizarlo de manera abrupta, debido a que esto les puede jugar en contra.
“Hay que ir paso a paso. Ejemplificando, si apenas vamos comenzando a caminar o trotar, que sea por periodos de tiempo de 15 min e ir aumentando la época muy lento. A esas personas que ya realizamos actividad física, sólo sugerir que se mantengan estables”, manifestó.
Ortiz Olvera describió que los ejercicios con más beneficios para mejorar nuestro microbiota son los aeróbicos. Al hacer un ejercicio aeróbico, “nuestras resistencias periféricas reducen y, en lugar de gastar energía, estamos invirtiendo ésta en nuestro cuerpo”.
Además de hacer ejercicio para proteger nuestro microbiota, la médica recomendó llevar hábitos alimenticios saludables. Aclaró que no hay alimentos malos, continuamente y una vez que se tomen en importancia las combinaciones o las porciones que se consumen.
“Los alimentos influyen en el microbiota. No hay alimentos malos en realidad, empero se debe saber descubrir la estabilidad en éstos. Todo en su justa medida. Se debe intentar de concientizarnos sobre lo cual comemos”, finalizó.
Otros tips para proteger el microbiota
Hacer 5 comidas al día (contando las colaciones matutinas y vespertinas)
Tener en cuenta el consumo equilibrado de proteínas, grasas y azúcares
Descansar al menos de 6 a 8 horas
Evadir el consumo de alcohol y tabaco
Minimizar el consumo de medicamentos