Sáb. Nov 23rd, 2024

Se esperan recursos excedentes ante un precio de la mezcla mexicana de exportación muy por arriba de las estimaciones del gobierno.

El repunte en los precios internacionales del crudo ha impulsado los ingresos petroleros del sector público y para todo el año se esperan recursos excedentes por este concepto, ante un precio de la mezcla mexicana de exportación muy por arriba de las estimaciones del gobierno.

El precio promedio del crudo mexicano en el año es de 60.47 dólares el barril, contra los 42.1 dólares contemplados en el presupuesto para 2021.

Si el precio del petróleo se mantiene elevado y llega a promediar en el año 62.3 dólares, con un tipo de cambio promedio de 20 pesos y una plataforma de exportación de 1.3 millones de barriles diarios, las finanzas públicas registrarían ingresos excedentes por 175 mil millones de pesos, estimó Ernesto O’Farril, presidente de Bursamétrica. Detalló que se podrían tener ingresos por la exportación de crudo de 585 mil millones de pesos y esto permitiría alcanzar un diferencial de 175 mil millones de pesos adicionales.

Adrián García, coordinador del área de Ingresos e Impuestos, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), destacó que la cotización del barril de petróleo de exportación está alrededor de los 70 dólares, muy por encima de los 42 dólares estimados en el Paquete Económico y del precio ajustado de 55 dólares en los PreCriterios de 2022. “De mantenerse elevado el precio se obtendrían ingresos por exportación por encima de lo presupuestado”, recalcó.

Lucia Cárdenas, directora de Estudios Económicos de Citibanamex, coincidió en señalar que el país está lejos de vivir una bonanza petrolera, toda vez que los ingresos fiscales petroleros del país de los primeros cinco meses del año fueron 31 mil 817 millones de pesos menores a lo programado. Esto se explica en gran medida por una menor plataforma de producción y de exportación.

Afectan mayores subsidios

Los expertos debaten sobre qué es lo que conviene más al país; unos señalan que al ser importadores netos en la balanza petrolera conviene un precio bajo del petróleo, y otros afirman que a para las finanzas públicas conviene un precio alto, ya que el fisco percibe más por la exportación, comparado con el gasto adicional por el subsidio de IEPS.

O’Farrill advirtió que el país no debe caer en una falsa percepción de que ya vamos a administrar la abundancia, puesto que las finanzas públicas enfrentarán una mayor presión de gasto por el IEPS de gasolinas, además de que se redujo la tasa del derecho de utilidad compartida a Pemex en 10 por ciento más, para dejarla en 40 por ciento, lo que significa menores ingresos públicos.

Adrián García expuso que desde el estricto punto de vista de las finanzas públicas, en el balance, los mayores precios del petróleo de exportación son positivos, porque son mayores los ingresos, aun restando lo que se pierde por el IEPS.

O’Farril opinó lo contrario: “el mayor ingreso por la exportación de petróleo ‘se lo come’ la disminución en captación de IEPS (al aumentar el subsidio gubernamental para estabilizar el precio de la gasolina), así como el flujo que se requiere para importar gasolina y gas”.

El informe de Finanzas Públicas de Hacienda detalló que los ingresos por IEPS de enero a mayo de 2021 fueron menores a lo programado en 21 mil 889 millones de pesos, lo que confirmaría la teoría de que no conviene un alto precio del petróleo.

El pasado viernes Hacienda subió el subsidio al IEPS en gasolinas y diésel. Para la presente semana en el caso de la Magna sube a 54.54 por ciento del impuesto, y por cada litro de Premium el subsidio al IEPS sube a 31.42 por ciento, y estos estímulos son los más altos en el año.

O’Farril añadió que un problema estriba en que importamos un 70 u 80 por ciento de las gasolinas. “Lo increíble es que llevamos décadas comprando coberturas petroleras, pero no compramos coberturas para gasolinas ni gas y el gas”. Dijo que al subir el precio de lo que se importa se baja el gravamen de IEPS para que los precios no suban tanto.

Fuente: El Financiero