Vie. Nov 15th, 2024

La Organización Mundial de la Salud, para la elaboración del informe “Entornos laborales saludables: fundamentos y modelo de la OMS”, no solo consideró los aspectos médicos tanto de empresas como de gobiernos, sino que también tomó en cuenta qué tan saludables o tóxicos son los ambientes donde los empleados se desenvuelven.

Cuando se habla de un ambiente laboral tóxico, se hace para describir aquellos lugares en los que es muy difícil trabajar, los cuales, en ocasiones, llegan a ser estériles. Por lo tanto, según se revela en una de las entrevistas que se hizo en la República Checa para el estudio de la OMS, el espacio de trabajo debe involucrar hábitos de vida y de trabajo saludables.

“Yo lo vería (un espacio laboral saludable) como un entorno que favorece la adopción de hábitos dietéticos sanos y estilos de vida físicamente activos, y que no solo incluya el entorno físico del espacio de trabajo, sino en dónde está ubicado ese espacio de trabajo para que facilite un estilo de vida completo a su alrededor, que sea dietéticamente y físicamente activo”. Así respondió el entrevistado #42, como lo identifica el estudio, de República Checa.

Ciertamente, un ambiente tóxico en el lugar de trabajo incide directamente en la producción de la empresa y, en muchas ocasiones, el origen está en el líder del equipo. Si es una persona autoritaria, con problemas de comunicación y que lejos de irradiar confianza y seguridad a sus empleados busca originar temor, entonces comienza un espiral de situaciones que incidirán directamente en las personas que tiene a su cargo.

También puede darse que ese ambiente negativo surja de uno o varios empleados. Bien como una manera de enfrentar a ese líder que, por alguna razón, no aprueban o, sencillamente, porque sus aspiraciones no contemplan respeto hacia sus compañeros.

Un ambiente tóxico, según el psicólogo y experto en comunicación empresarial y coaching Juan Armando Corbin, se identifica por el comportamiento de los empleados con signos inequívocos de malestar. Entre ellos menciona: sobrecarga de trabajo, ausencia de compromiso con la empresa, horarios inflexibles, estrés en el puesto de trabajo, falta de motivación y ganas constantes de abandonar la empresa.

Cuando no se toman correctivos a tiempo, comienzan los comentarios a espaldas del jefe, los cuales pueden estar cimentados en intrigas y argumentos sin razón. Además, la falta de comunicación en el seno del equipo laboral ayuda a incrementar ese ambiente tóxico que no es, para nada, saludable.

Un trabajador bajo estrés desarrolla una serie de patologías que pueden perjudicar su salud. Al mismo tiempo, tiene una influencia negativa en su desempeño laboral y, por lo tanto, incide directa y negativamente en la productividad y rentabilidad de la compañía. 

Es más, el empleado puede desarrollar gastritis, insomnio, ansiedad y hasta depresión y todo por no sentirse a gusto en su lugar de trabajo. El abandono del puesto de trabajo es una de las principales consecuencias de hacerlo en un ambiente tóxico.

En 2018, el estudio Preparing For Take-off determinó que la cifra de rotación de personal a nivel mundial aumentó 23% entre 2013 y 2018. “Una de las soluciones de mayor impacto es la mejora continua del clima laboral en las empresas”, recomienda. Se trata de una sugerencia con total vigencia en estos tiempos.

“Un lugar de trabajo tóxico hará que tu mejor empleado renuncie. Comienza con aquellos que están más arriba. El daño se produce cuando líderes apoyan y perpetúan malos comportamientos. Si quieres una gran cultura empresarial, empieza por deshacerte de políticas oficina como favoritismo, bullying, etc. Ninguna cantidad de dinero o beneficios valen la pena como para permanecer en un entorno tóxico”, señaló a principios de marzo Brigette Hyacinth, autora de “Leading the Workforce of the Future”, en su cuenta de LinkedIn.

Así que si no es posible corregir las fallas es preferible “huir” de las empresas tóxicas.