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Ordena a la Administración de Medicamentos que la autorice en hospitales, tras resultados alentadores en ensayo clínico; el país supera los 60,000 muertos por la pandemia

30 abril 2020.-Cuando el número de muertes por Covid-19 en EU alcanzó un nuevo hito: más de 60 mil, ayer, el presidente Donald Trump urgió a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), que firme “la autorización de emergencia”, para que hospitales del país puedan administrar el fármaco experimental remdesivir a pacientes con coronavirus, tras demostrarse que ayuda a la recuperación.

El mandatario acogió con beneplácito las señales tempranas prometedoras, por lo que pidió aplicarla de inmediato. “Quiero que vayan tan rápido como puedan. Queremos que todo esté seguro, pero nos gustaría ver aprobaciones muy rápidas, especialmente con cosas que funcionan”, declaró en conferencia de prensa, ayer.

«Los datos muestran que el remdesivir tiene un efecto claro, significativo y positivo en la disminución del tiempo de recuperación”, explicó el principal epidemiólogo del gobierno, Anthony Fauci, junto a Trump.

El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que lidera Fauci, supervisa un estudio realizado con más de mil pacientes en EU. Las pruebas mostraron que los infectados tratados con remdesivir estaban listos para ser dados de alta del hospital dentro de los 11 días siguientes, en promedio, en comparación con los 15 días para los pacientes que recibieron un placebo.

Aunque no es la panacea, puesto que el remdesivir mostró una aceleración de las recuperaciones en 11 por ciento y que aún faltan pruebas, el medicamento “ha demostrado que puede bloquear este virus, de alguna manera”, dijo Fauci.

“Quiero que vayan tan rápido como puedan. Queremos que todo esté seguro, pero nos gustaría ver aprobaciones muy rápidas, especialmente con cosas que funcionan”

La “autorización de emergencia” solicitada por Trump no significa que la máxima institución sobre fármacos en Estados Unidos apruebe formalmente el medicamento, para su uso corriente, pero establece al remdesivir como la primera droga “de uso estándar de atención para pacientes hospitalizados”, esto excluye a los enfermos con Covid-19 que no requirieron internamiento clínico, es decir, 80 por ciento de los contagios oficiales.

La medida se aplica cuando aún no existen alternativas eficaces para tratar una enfermedad determinada.

De acuerdo con los resultados de los primeros ensayos, el remdesivir podría causar efectos secundarios graves, como la pérdida de la función renal y la disminución de la presión arterial. Esos síntomas también son causados por casos graves de Covid-19, lo que dificulta determinar qué problemas fueron acarreados por el medicamento y cuáles por la enfermedad.

El estudio es la prueba más rigurosa hasta la fecha del tratamiento potencial porque es un ensayo “doble ciego”; es decir, controlado con placebo, el estándar de establecido para saber si un medicamento es seguro y efectivo.

El número de muertos en EU eclipsa la cifra de miembros del servicio estadounidense asesinados en la Guerra de Vietnam (1955-1975). La comparación, aunque imperfecta, ayuda a dimensionar el alcance del brote desde la primera muerte en febrero en la primera potencia mundial y sus territorios, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.

Trump predijo el techo de los 60 mil fallecimientos a principios de este mes, antes de decir, el pasado lunes, que el número podría aumentar, quizás a 70 mil.

A medida que los inquietos estadounidenses muestran signos crecientes de “fatiga de cuarentena” y los funcionarios enfrentan presión para aliviar las restricciones de coronavirus, las fábricas, los centros comerciales y los gobiernos estatales en muchas partes del país ya comenzaron a tomar medidas para reabrirlos.

REBROTE INVERNAL, INMINENTE. Pero Fauci también dijo que una segunda ola de infecciones es “inevitable” en Estados Unidos, que ha registrado más de un millón de casos, casi un tercio del total mundial. El epidemiólogo advirtió que “podríamos tener una mala caída y un mal invierno” si no se implementan las contramedidas adecuadas.

“(El virus) no va a desaparecer del planeta”, dijo el funcionario en una entrevista con NBC.  “… En mi opinión, es inevitable que tengamos un retorno del virus, pues además ni siquiera se ha ido”.

Una encuesta de la casa Marist reflejó que la mayoría de estadounidenses no se siente lista para relajar las restricciones, incluso cuando el presidente presiona a los estados para que comiencen el proceso de reapertura. Cuando se les preguntó si era una buena idea que los estudiantes regresaran a clases, sólo 14 por ciento dijo que sí. Apenas 19 por ciento opinó lo mismo en relación a la reapertura de restaurantes y a permitir que grandes grupos de personas asistan a eventos deportivos. Todo esto a pesar de que 50 por ciento de los encuestados aseguró que su hogar sufrió pérdida de trabajo y afectaciones directas.