Dom. Nov 24th, 2024

En este lugarse reparan y venden cajas para los alimentos que llegan a todo el país y al extranjero. Se trata de un lugar donde el esfuerzo diario es extenuante

Desde los 14 años y con jornadas de 13 horas diarias, trabaja en la Central de Abasto almacenando cajas, sus principales y fuertes clientes son los grandes distribuidores de frutas y verduras, quienes en camiones alquilan cajas para llevarlas de regreso al campo a ser cargadas.

La historia es una constante entre los “clavadores”, como se les conoce a quienes diariamente reparan, almacenan y cargan camiones. Días laborales de 12 o más horas para ganar de 300 a 400 pesos. La necesidad y la falta de oportunidades los llevó a las cajas de madera desde que eran niños, cuando antes se encontraba en el mercado de La Merced, convirtiéndose en un trabajo que les permitiera llevar dinero a casa.

Cada caja tiene diferentes medidas, un centímetro puede diferenciarlas de ser cajas para mango o para jitomate, los años de experiencia les han permitido identificarlas fácilmente y poder cargar más de 10 huacales de manera simultánea.

Las cajas dañadas son reparadas con madera traída desde Michoacán. En todo un día, Javier puede reparar un máximo de 400 cajas, recibiendo un peso por cada una. Esta ha sido su labor durante 25 años.

Desde 1982 el “mercado de cajas” como se le conocía antes, está localizado en la Central de Abasto con el nombre de Envases vacíos.

El trabajo puede ir de generación en generación, como es el caso de César, él es clavador desde hace más de 30 años, hoy sus sobrinos trabajan a su lado. Uno de ellos tiene 13 años de edad, inició en agosto del 2020, la pandemia y las clases en línea lo acercaron al trabajo infantil.

“O compramos computadora y pagamos internet o comemos”, nos dijo César mientras explicaba la difícil situación en la que se encontraban sus sobrinos y la nula ayuda que tuvieron por parte del gobierno. No regresarán a clases hasta que sea de manera presencial debido a que no cuentan con las posibilidades de continuar sus estudios de manera digital. Por lo pronto, continuarán trabajando entre montañas formadas por más de 10 mil cajas.

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